Cucaracha americana: una plaga con muchos recursos
La cucaracha americana (Periplaneta americana) –que en realidad tiene su origen en Africa y fue introducida en América en el siglo XVI- es una de las especies de insectos más grandes que vive en estrecha proximidad con los humanos.
De rápido crecimiento y alta fecundidad, la americana es una plaga con recursos: puede regenerar sus tejidos dañados, posee receptores del olor extremadamente desarrollados y un sistema inmunitario envidiable. La plasticidad en su capacidad de adaptación es crucial para la supervivencia de las plagas urbanas más comunes.
Científicos chinos la han tomado como modelo para estudiar la biología de estos insectos de metamorfosis incompleta, y el análisis genético que han realizado revela aspectos de su gran capacidad de adaptación al entorno. Sus recursos para sobrevivir podrían despertar admiración y hasta simpatía por este insecto, si no fuera por su capacidad también para transmitir organismos causantes de enfermedades, como bacterias, protozoos y virus y desencadenar reacciones alérgicas y asma en ciertas personas. En comparación con otros insectos, la genética de la cucaracha americana es rica en genes asociados con habilidades de adaptación al ambiente, como la quimiorecepción y la desintoxicación.
La cucaracha americana es un carroñero omnívoro, que se ha adaptado al estilo de vida y las fuentes de alimento humanos. Esta adaptación está principalmente mediada por la comunicación química y las capacidades para tolerar factores químicos y biológicos, como toxinas o agentes patógenos.
RECEPTORES QUIMIOSENSORIALES BIEN DOTADOS
En el genoma de la cucaracha americana se hallaron el doble de receptores olfativos en relación a mientras que otras especies de blatoideos, lo que podría ayudar a la cucaracha a detectar más fácilmente el rastro de olor de los alimentos, especialmente los fermentados, por los que tiene predilección.
Con el gusto tampoco se queda atrás. La cucaracha americana tiene la cifra más elevada de receptores gustativos reportada en insectos hasta la fecha. Tienen gran capacidad de identificar sabores amargos, lo que generalmente se considera un sistema de autoprotección para tolerar alimentos amargos y tóxicos, permitiéndole adaptarse a diversas dietas y ambientes.
Finalmente, la familia de genes relacionados con los receptores ionotrópicos de glutamato también han experimentado una expansión sustancial. Estos receptores median la comunicación neuronal en las sinapsis dentro del sistema nervioso y modulan la plasticidad sináptica, que determina la capacidad de percepción de estímulos del medio, permitiéndole discriminar con gran precisión las señales ambientales.
PATAS QUE VUELVEN A CRECER
Por último, cabe destacar la impresionante capacidad de la cucaracha americana para regenerar apéndices dañados o perdidos durante las etapas de ninfa. Esta sorprendente capacidad para la cicatrización de heridas y la regeneración de tejidos está también codificada en su genoma.
Fuente: Boletín Nº 83 Chemotecnica
Etiquetas: Cucaracha americana