Las lagartijas colaboran con nosotros
A muchas personas les encantan las lagartijas. Las encuentran simpáticas y tiernas.
A otras, en cambio, les resultan desagradables o les causan temor.
La verdad es que las lagartijas -al menos las que encontramos en nuestra ciudad- no sólo son inofensivas, sino que son muy útiles: ellas se alimentan de pequeños insectos, como moscas, mosquitos, arañitas, etc. Es decir, son un depredador natural de algunas plagas domésticas.
El clima de nuestro país está cada vez más cálido, los veranos son más calientes y los inviernos, más benignos. Esto -sumado al comercio con países tropicales- hace que cada vez se vean más y más lagartijas. Para establecerse, suelen elegir lugares donde puedan ocultarse de los habitantes y el movimiento normal de la casa: grietas en las paredes, follaje en el jardín, escombros acumulados. Salen para alimentarse y calentarse al sol.
Si nos topamos con una lagartija, lo más probable es que huya, ya que son muy tímidas y asustadizas. No nos causará ningún daño, así que lo mejor es dejarlas tranquilas haciendo su labor.
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