Los riesgos de comer insectos

Buscando acabar con el hambre mundial la FAO ha recomendado la ingesta de insectos, pues son una fuente importante de proteínas.
El problema es que -además de cierta aversión que tenemos la mayoría- el consumo todo alimento debe estar regulado por las autoridades correspondientes. Y se ha avanzado poco en ese sentido; en nuestro país, nada.
Mientras tanto, en Bélgica ya se comercializan en una cadena de supermercados.
Cualquier insecto se puede comer?
En general, se mencionan como comestibles los grillos, algunas hormigas, algunas mariposas, saltamontes y orugas, entre otros. Pero deben ser sometidos a un proceso antes de ingerirlos.
Los expertos han analizado los riesgos microbiológicos y químicos, incluyendo alérgenos, de los insectos. Estos peligros dependen de las especies, las condiciones de cría (alimentación y medio ambiente) y el procesamiento posterior. Como otros alimentos, estos riesgos pueden controlarse con una correcta aplicación de las buenas prácticas de higiene y producción.
Los especialistas belgas sugieren también que el tratamiento térmico antes de consumirlos es esencial, así como una información detallada en la etiqueta sobre las condiciones de conservación y preparación.
Como vertebrados, los insectos pueden contener agentes biológicos y sustancias que pueden ser peligrosas para la salud. Según las autoridades belgas, es importante prestar atención a los riesgos bacteriológicos y químicos de insectos de alimentos con estiércol y residuos orgánicos. Los pocos estudios científicos sobre la seguridad microbiológica de los insectos criados en condiciones controladas indican que contienen un elevado número de gérmenes. En un análisis realizado en gusanos, orugas y grillos se detectó Staphylococcus spp. y enterobacterias, entre otras. Según los investigadores belgas, algunos insectos como moscas o escarabajos son portadores de Salmonella y Campylobacter para el ganado.
Además, durante la cría de insectos también pueden producirse infecciones epizoóticas, aunque los expertos reconocen que el «riesgo de infecciones zoonóticas es bajo». La contaminación microbiana aumenta en el caso de un «uso descuidado de residuos y la falta de higiene en el tratamiento de insectos». Algunos riesgos son parasitosis y presencia de aflatoxinas. Los insectos también pueden estar infectados por hongos patógenos como Aspergillus o Penicillium, que pueden contagiar de manera directa a las personas o secretar sustancias tóxicas o alérgenas.
Tratamientos como el horneado o el escaldado reducen el número de bacterias aerobias que pueden estar presentes en determinados insectos.
Debe tenerse en cuenta que el consumo de insectos crudos, aseguran los científicos, puede conllevar riesgo de enfermedad parasitaria.
Además de los tratamientos térmicos, la conservación es otra de las condiciones importantes para prevenir riesgos, ya que, en ciertas condiciones (temperaturas de unos 30 ºC y ambiente húmedo), las esporas crecen más y, por tanto, degradan la calidad.
Fuente: www.20minutos.es
Etiquetas: insectos comestibles