Murciélagos, objeto de investigación
Desde el año 2011 la Dra. Olga Suárez -Directora del Laboratorio de Ecología de Roedores Urbanos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigadora independiente del CONICET- estÁ trabajando junto con otros colegas del Instituto Malbrán en la implicancia sanitaria de la infección por Hantavirus e Histoplasma capsulatum en roedores y murciélagos asociados a ambientes urbanos.
Es en el marco de este proyecto que financiados por el Ministerio de Salud de la Nación exploran la presencia de estos patógenos en tejidos de roedores y murciélagos capturados en diferentes ambientes de Ciudad de Buenos Aires a fin de estimar la prevalencia de infección y analizar la relación entre el hábitat (lugar de captura) y el porcentaje de infección para cada animal.
Dado que la captura de murciélagos en un ambiente urbano es difícil, los investigadores han solicitado a las Empresas de Control de Plagas ejemplares vivos a partir de los servicios de exclusión de murciélagos que comúnmente se realiza en los taparrollos de las viviendas o lugares afines.
Los murciélagos se alimentan de insectos, por lo que tienen gran importancia para el ecosistema, aunque a la mayoría de las personas les disguste encontrarlos en sus viviendas.
Pueden trasmitir algunas enfermedades, por lo que se debe evitar manipularlos. Si encontramos excrementos -suelen aparecer en el alféizar de las ventanas o debajo de las correas que se utilizan para levantar las persianas- debemos retirarlos con guantes descartables y desinfectar la zona con lavandina.
Por ser una especie protegida no está permitido exterminarlos, sino que habrá que ahuyentarlos. En el mercado existen algunos productos aptos para este fin. También es útil colocar bolitas de naftalina en el taparrollos, ya que el olor no les agrada.
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