Palomas: por qué y cómo evitarlas
A muchas personas les caen bien las palomas, e incluso es habitual ver cómo les dan de comer. Es porque no tienen conciencia del daño que estas aves provocan.
Es que el excremento de paloma contiene gran cantidad de gérmenes. Al secarse y convertirse en polvo, es aspirado por las personas y puede provocar más de 40 enfermedades: histoplasmosis, clamidiosis, salmonelosis, colibacilosis, crytococosis, encefalitis de San Luis, alveolitis alérgica, neumoencefalitis, tripanosomiasis, tuberculosis, entre otras.
Los niños de corta edad, los ancianos y en general todas las personas con bajas defensas están más propensas a ser víctimas de estas afecciones.
Además, el excremento corroe las carrocerías de los vehículos, estropea monumentos y fachadas de edificios.
También suelen ser atacadas por ácaros, piojos y otros parásitos, pudiendo contagiar tanto a las personas como a otros animales domésticos.
En otras ocasiones, anidan en salidas de calefones y de ventilación en general, poniendo en serio riesgo a las personas que habitan la vivienda.
En nuestro país las palomas son plaga en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en ocho provincias. La ley nacional 12.913 prohíbe su matanza, por lo que sólo está permitido ahuyentarlas.
Acá van algunos consejos para evitar que nos causen molestias:
- No las alimente.
- Coloque alambre tejido para obturar posibles huecos donde aniden.
- Existen «pinches» de metal y de plástico que se colocan en cornisas y balcones, que les impiden posarse.
- Deseche los nidos que descubra. Luego limpie el lugar con lavandina y siempre utilice protección para realizar esta tarea.
Fuente: medicinaintercultural.org
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