Hormigas al ataque: cómo duele!
Las hormigas coloradas son carnívoras, aunque eso no quiere decir que seamos su plato favorito. Más bien, se dedican a comer todos los cadáveres de insectos que se encuentren a su paso, aunque si están vivos, no les hacen asco. Como tienen muy buen olfato, colocar un insecto muerto (o un trocito de carne) en la huerta o en el jardín nos servirá para atraerlas y eliminar alguna plaga molesta. Así, resultan ser un excelente controlador de plagas ecológico.
Hormigas: la colonia funciona como un superorganismo
Las hormigas son insectos sociales: viven en comunidades donde cada individuo cumple su función.
Se sabe que esa función no es la misma durante toda la vida de la hormiga, sino que va variando con el tiempo. Por ejemplo, cuando envejecen pasar a ser exploradoras, no sólo por su experiencia, sino porque como les queda poca vida útil son más «sacrificables». Las soldados, de mayor tamaño cuidan a las obreras, que hacen el trabajo de recolección y acopio del alimento. Dentro del hormiguero están las que cuidan las ninfas, aireándolas y alimentándolas.
Experimentos recientes han demostrado que la colonia de hormigas funciona como un «superorganismo», es decir, que ante un conflicto, reaccionan como si fueran uno y su respuesta es similar a la de un sistema nervioso.
Para determinar hasta qué punto estos insectos se comportan como una sola entidad, los investigadores simularon diferentes ataques de depredadores en un total de 30 colonias de hormigas. Para observar las respuestas de las hormigas a la depredación en diferentes lugares, dentro y cerca del nido, retiraron a las hormigas exploradoras de la periferia de colonias y luego, por separado, eliminaron a las hormigas obreras del núcleo del nido.
Cuando las exploradoras fueron retiradas de la periferia de los nidos, otras hormigas dedicadas al forrajeo se replegaron de nuevo al nido. Pero cuando se eliminó a las obreras del centro del nido, la colonia entera huyó, buscando asilo en una nueva ubicación.
Los investigadores creen que estas reacciones tienen paralelismos con las respuestas del sistema nervioso de organismos individuales, adecuadas a diversas agresiones. Además, sugieren que, del mismo modo que los organismos responden, por ejemplo, al daño celular a través del dolor, las colonias de hormigas responderían a la pérdida de las obreras cobrando una conciencia de grupo del peligro.
Los estudios fueron llevados a cabo por investigadores de la Universidad de Bristol, Inglaterra.
Fuente: tendencias21.net
Plagas de jardín: cómo evitar las hormigas
Las hormigas han conquistado casi todo el planeta. Sólo no las encontramos en la Antártida y en algunas islas remotas.
En nuestro país encontramos fundamentalmente dos tipos de hormigas consideradas plagas de jardín:
- Carpintera: se alimenta de madera. Si bien una pequeña cantidad es beneficiosa para nuestras plantas, porque las limpian de otras plagas, cuando son demasiadas pueden llegar a secar hasta un árbol. Es que taladran el tronco y lo van ahuecando. El mismo trabajo pueden hacerlo en las vigas y otras partes de madera de nuestro hogar, poniendo en serio riesgo la estructura. Notamos su presencia cuando las vemos o cuando vemos restos de aserrín cuyo origen nos es desconocido, tal como sucede con las termitas.
- Podadora: es la que se ocupa de despojar las plantas de sus hojas. Aunque solemos decir que las hormigas se «comieron» alguna planta, en realidad no se alimentan de estas hojas, sino que las trasladan al hormiguero y las acumulan para que se forme un hongo, del que sí se alimentan. Una particularidad de estas hormigas es que detectan cuando se aproxima una lluvia; entonces, aceleran su trabajo: en lugar de cortar la hoja y acarrearla, hacen una gran poda y luego trasladan todas las hojas juntas.
En el mercado existen numerosos productos para combatir este tipo de hormigas. Si la plaga no es abundante, podemos apelar a éstos.
También existen un par de trucos bastante ecológicos para combatirlas:
- Cazar y colocar en el camino de las hormigas una hormiga colorada. Esta última es carnívora y, si tenemos suerte, combatirá a las otras.
- Colocar en el camino de las hormigas granos de arroz sumergido en sulfato de cobre. Las hormigas los trasladarán al interior del hormiguero y el arroz envenenará tanto a las hormigas como a los hongos de los que se alimentan.
Si estas plagas de jardín están muy extendidas estas soluciones serán insuficientes. Si lo que querés es que tus plantas luzcan todo su esplendor, llamanos y encontraremos la solución más adecuada al problema.
Hormigas voladoras: a buscar novio!
Las hormigas son insectos sociales. Su sociedad es muy compleja y cada individuo tiene su función. Lo notable es que a medida que transcurre el tiempo, las hormigas pueden ser «ascendidas» y pasar a desarrollar un trabajo más delicado.
La mayor parte de la sociedad está constituida por obreras, que se ocupan tanto de cuidar y alimentar las larvas como de recolectar alimentos. También están las soldado, de mayor tamaño, que acompañan a las recolectoras. La función de las reinas es poner huevos durante toda su vida (suelen vivir hasta 30 años), para garantizar que haya obreras suficientes como para cumplir con todas las tareas, ya que la mortandad es muy alta.
En el hormiguero también hay hormigas fértiles, que tienen alas; las hembras son de un tamaño mayor al de los machos. No desarrollan ninguna tarea, hasta que llega el momento de formar otro hormiguero, pues su función es perpetuar la especie. Esto suele suceder en otoño y en primavera, con las primeras lluvias de la estación. En ese momento, machos y hembras emprenden lo que se llama vuelo nupcial.
Las hormigas se aparean durante el vuelo nupcial. Los machos mueren casi inmediatamente después. Las hembras fecundadas pierden las alas y depositan los huevos en un hueco en el suelo. Cuando la colonia es numerosa, inician un nuevo hormiguero.
Fuente: guadarramistas
Hormigas: podrían controlar otras plagas?
Hay quien sostiene que las hormigas pueden combatir las plagas de otros insectos en campos de cultivo de forma más efectiva que los insecticidas químicos. Existen ejemplos desde hace centenares de años pero el caso más conocido y utilizado en la actualidad es el de los agricultores de Australia y Tailandia que hacen servir a las hormigas tejedoras (de nombre científico Oecophylla smaragdina) para proteger sus campos de mangos y anacardos.
En nuestro país quienes se dedican al cultivo de vegetales en huertas orgánicas sostienen que no hay que utilizar agrotóxicos para combatir las plagas. Sugieren utilizar preparados naturales (alcohol de ajo, jabón blanco deshecho en agua, etc.), plantas que repelen a los insectos por su olor, plantas que atraen insectos (y de ese modo, resguardan a las cultivadas), etc.
Otro de los métodos naturales de los amantes de la huerta orgánica son las hormigas coloradas. Como estas hormigas son carnívoras, quienes las utilizan recomiendan colocar un insecto muerto en la huerta: el olor del cadáver las atraerá y no sólo se alimentarán de éste -en la foto superior vemos cómo dan cuenta de una mariposa-, sino que también detectarán otros insectos que pudieran atacar nuestras plantas, tales como pulgones, hormigas podadoras, hormigas carpinteras, orugas, etc.
Nosotros afirmamos que si estos métodos naturales no funcionaran -la verdad es que su eficacia es relativa- y se fumiga la huerta, se deberán dejar pasar al menos 30 días antes de consumir los productos. Este es el tiempo necesario para que la planta metabolice el veneno y lo elimine de su organismo.
Fuente: lavanguardia.com
Científicos estudian los movimientos de las hormigas
Cuando las hormigas exploran el territorio en busca de alimento acaban eligiendo unas rutas colectivas que se ajustan a distribuciones estadísticas y de probabilidad. Así lo ha demostrado un equipo de matemáticos tras analizar las trayectorias de una especie de hormiga argentina. Estudios como este se podrían aplicar para coordinar el movimiento de microrobots en, por ejemplo, tareas de limpieza de áreas contaminadas.
Los científicos todavía no han descubierto los mecanismos que explican cómo las bandadas de pájaros, los bancos de peces, las hileras de hormigas u otros sistemas naturales complejos se autoorganizan tan bien en sus movimientos colectivos. Pero ya se registran los primeros avances. Según publica el servicio de noticias científicas Sinc, las primeras conclusiones llegan de estudios que se han centrado en la hormiga argentina (‘Linepithema humile’), que se ha convertido en una especie invasora en muchos países, como España, pero es nativa del noreste de nuestro país y regiones limítrofes.
Los científicos ya habían comprobado en trabajos anteriores que la ‘persistencia’ de las hormigas, es decir, su tendencia a no cambiar el sentido de su marcha cuando no existen obstáculos o efectos externos, junto al refuerzo que se produce en las zonas ya visitadas por el rastro de feromonas que van dejando, son dos factores que determinan las trayectorias de estos insectos durante el forrajeo.
Fuente: El Periódico
Una cárcel muy cruel
Una empresa estadounidense (Analog Watch Co., de Filadelfia, firma dedicada a desarrollar productos “inspirados por la naturaleza”) creó un peculiar reloj-pulsera que es –esencialmente– una pequeña granja de hormigas. Sí, tal cual suena: el chiche alberga entre tres y cinco insectos cosechadores vivos, además de materiales de anidación resistentes al movimiento, para que los mentados bichos hagan base.
Como novedad, nos parece sumamente cruel. Las hormigas son seres vivos. Una cosa es combatirlos cuando se convierten en plaga -es decir, cuando nos causan perjuicios- y otra muy diferente, utilizarlas para nuestra diversión.
La empresa se da el lujo, además, de colocar una etiqueta al aditamento: «eco-friendly». Es decir, se supone que es ecológico.
En el nuevo divertimento hay entre tres y cinco hormigas comunes, viviendo en relojes biodegradables (¡con plástico a base de plantas!), arenero, un gotero para comida y agua, pinzas y un manual de fácil comprensión. Además, un nuevo lote de insectos arribará cada cuatro meses para reemplazar al anterior, aunque –según Analog Watch– “si no los necesitas, siempre puedes liberarlos”.
De más está decir que estamos totalmente en desacuerdo con este tipo de modernidades.
Fuente: Página 12
Hormigas trabajan en el espacio pese a falta de gravedad
Los científicos de la NASA llevaron hormigas al espacio para observar su comportamiento y compararlo con el de las colonias terrestres.
Las hormigas llevadas a la Estación Espacial Internacional pudieron trabajar en equipo pese a la falta de gravedad y a pesar de caerse de las paredes de sus contenedores. La «búsqueda colectiva» se vio obstaculizada pero ocurrió de todos modos, explicaron los biólogos.
El objetivo del experimento consiste también en aprender de los métodos cooperativos de las hormigas y desarrollar algoritmos de búsqueda para grupos de robots.
Los resultados del experimento fueron publicados en la revista Frontiers in Ecology and Evolution.
En cada lugar evolucionaron distintas estrategias. Por ejemplo, las hormigas de pavimento europeas que fueron al espacio tienden a ir directamente a los límites del nuevo territorio, mientras que las hormigas argentinas tienden a recorrer nuevos lugares más lentamente y en mayor profundidad.
Fuente: noticiasterra.com
Plantas carnívoras que desactivan su trampa
El equipo de Ulrike Bauer, experta en plantas carnívoras de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, estudió plantas jarro carnívoras tropicales que utilizan trampas resbaladizas para hacer caer a insectos en un “pozo” del que ya no pueden salir y así nutrirse de ellos.
Estas plantas desactivan su trampa para que las hormigas exploradoras las crean inofensivas; cuando se humedecen, vuelven a activarse. De este modo, cuando las obreras van por el camino indicado por la exploradora, la planta carnívora se da una panzada de hormigas.
Si la planta estuviera activa todo el tiempo, la exploradora caería en la trampa, pero no la indicaría como fuente de alimentación.
Es como si resistiéramos la tentación de comer un caramelo para que luego nos den muchos como recompensa.
Fuente: noticiasdelaciencia.com
La fábula del pulgón traicionero
La «imagen romántica» de las hormigas cuidando de los pulgones, muy difundida, no es toda la verdad en esta relación en la que investigadores valencianos han descubierto el mortífero secreto del pulgón.
Hasta ahora existía la convicción de que la convivencia entre ambas especies solo les reportaba beneficios mutuos. «Los pulgones, que son hervíboros, generan una melaza de las que se alimentan las hormigas mientras estas les facilitan curas higiénicas y les protegen frente a depredadores», añade el profesor de Genética David Martínez Torres, director del estudio iniciado a partir de una tesis de Adrián Salazar que ha sido publicado esta semana en la revista PNAS, «Procedings of the National Academy of Sciences».
En los meses de invierno o en condiciones extremas, cuando la calidad de las plantas que sirve de alimento a los pulgones disminuye, algunos ejemplares se mimetizan como si fueran larvas de hormiga, que los arrastran hacia el interior de sus nidos ajenas al engaño. Una vez en el interior, los pulgones, convertidos en el caballo de Troya perfecto, utilizan el punzón con el que generalmente extraen la savia de las plantas para succionar la hemolinfa de las larvas, de las que se alimentan ante las propias narices de las hormigas, en general muy agresivas cuando se trata de defender a sus crías en los nidos.
Como toda investigación, los interrogantes que se abren son más que las certezas que aporta y los investigadores esperan del Ministerio de Economía apoyo para un proyecto que pretende profundizar en todos los procesos que provocan y hacen posible el engaño.
El trabajo forma parte de la investigación básica que se hace en la Universitat de València pero a largo plazo podría tener aplicaciones en la gestión agrícola y en el control de poblaciones de pulgones y hormigas, capaces con frecuencia de convertirse en plagas para determinados cultivos.
Fuente: levante-emv.com