Murciélagos, lejos de ser tan malos como los pintan

Aunque se los asocia al consumo de sangre, sólo tres subgrupos se nutren del fluido de animales, y lo hacen sin la truculencia que, a fuerza de inventiva, se grabó en el imaginario popular. El resto consume insectos, frutas, polen o néctar de flores. De hecho, son sus formas de alimentación las que los convierten en claves para mantener vigentes ciertos mecanismos naturales y formas de vida.
En una noche, los insectívoros pueden consumir una enorme cantidad de individuos, lo que mantiene «a raya» la supervivencia de determinados cultivos, que serían blanco de esos predadores si no se los comieran.
En algunos casos actúan como polinizadores. En otros, al alimentarse de frutos, diseminan las semillas junto con las heces.
Debido a su importancia como especie, los murciélagos de ninguna manera pueden ser tratados como plaga. De hecho, existen acciones que los protegen, basadas en protocolos de exclusión que no apunten a eliminarlos, en el caso de que se requiera intervenir en alguna situación que involucre la interacción entre la especie y los seres humanos.
Sin embargo, más allá de la estigmatización popular que los persigue, las características de los murciélagos son fuente de estudio para la comunidad científica. Es que varios expertos están convencidos de que a través de un concienzudo análisis de determinadas posibilidades con las que cuentan podrán efectuar descubrimientos valiosos para la humanidad. Una de ellas es su asombroso poder de regeneración, basado en la capacidad de duplicar su ADN de manera espontánea. Uno de los últimos desvelos de aquellos que, lejos de espantarse, se dedican a admirarlos e investigar sus envidiables mecanismos.
Fuente: rionegro.com.ar
Etiquetas: Murciélagos