Guerra a los caracoles y babosas!

Los caracoles y babosas son parte de la cadena alimenticia. En nuestro jardín o en la huerta, se alimentan de los cadáveres de otros insectos.
Sin embargo, a veces se ensañan con nuestras plantas.
Si la infestación es muy grande, no queda otro remedio que fumigar.
En cambio, si sólo hay unos pocos, lo mejor es evitar que lleguen a nuestras plantas. Una solución ecológica y sencilla es cubrir el suelo alrededor del tallo con cáscara de huevo picada: al arrastrarse sobre esa superficie, los trocitos de cáscara de huevo se le adhieren a la piel y no pueden avanzar.