Piojos: cada vez resulta más difícil controlarlos
Los piojos no suelen ser peligrosos, pero sí muy molestos. También redundan en un menor rendimiento escolar, porque los chicos se desconcentran debido a la comezón.
El uso de piojicidas a lo largo del tiempo los ha hecho más fuertes y resistentes a estos productos, debido a que han mutado; por eso cada vez resulta más difícil su eliminación.
Siempre es bueno conocer al enemigo, por eso vale la pena recordar algunos datos:
- Los piojos no saltan ni vuelan. Se contagian por contacto directo (cuando los chicos juegan, es común que junten las cabezas) o a través de elementos que se comparten (gorros, peines, cepillos, sábanas, etc.).
- No son sinónimo de falta de higiene. Aún en cabellos muy limpios, las liendres pueden abundar. De todos modos, es conveniente revisar periódicamente la cabeza de los chicos, sobre todo en la nuca y detrás de las orejas. Lo ideal es, luego de higienizarlos, pasar un peine fino.
- Qué hacer si detectás que tu hijo tiene piojos? En primer término, habrá que utilizar uno de los productos específicos que venden en la farmacia; son de venta libre y, generalmente, muy eficaces. También habrá que lavar sábanas y toallas con agua caliente, para desinfectarlas.
- Cuando un miembro de la familia tiene piojos, habrá que revisar la cabeza de los demás miembros de la familia y ver si hace falta que alguien más se someta al tratamiento.
- Lo que nunca se debe hacer es utilizar elementos no específicos: el querosene y otros combustibles o los productos antipulgas pueden ser tóxicos.
Un secreto para que el tratamiento sea efectivo es seguir al pie de la letra las instrucciones. Muchas veces los tratamientos fracasan no porque los productos no sean buenos, sino porque se los interrumpe o se los aplica ineficientemente.
Si a pesar de haber aplicado el tratamiento adecuadamente, éste no ha funcionado, habrá que recurrir al pediatra. Seguramente indicará algún producto más fuerte, que no es de venta libre.
Fuente: aldiadallas.com
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