Las hormigas de fuego

Son una especie muy común y solemos verlas en casa. Comúnmente se les dice «hormigas coloradas».
Son carnívoras, así que cualquier insecto que muere en nuestro patio es inmediatamente devorado por estas hormigas que no suelen medir más que unos milímetros. En la imagen vemos cómo dan cuenta de una mariposa.
Prefieren los ambientes secos y suelen habitar en grandes hormigueros. Su picadura es muy dolorosa, por lo que debemos tratar de evitarlas:
- Nunca patear el hormiguero. Inmediatamente se sentirán amenazadas y subirán a nuestro pie.
- Por la mañana debemos levantar los cadáveres de los insectos que murieron durante la noche, especialmente debajo de las luminarias, pues tienen un muy buen olfato y los detectan de inmediato.
- Evitar dejar restos de comida en la mesada o en el suelo, porque las atraerá.
Las picaduras de las hormigas suelen formar una vesícula aproximadamente 24 horas más tarde, en cuyo interior aparece una sustancia que parece pus, pero no lo es. Como el veneno de las hormigas rojas mata las bacterias, lo que se ve dentro de la ampolla es tejido muerto y no se debe tocar. Se secará y sanará en un lapso de 7 a 10 días. Si se rompe la ampolla, deberás vigilar si se produce una infección bacteriana secundaria.
Los diabéticos y otras personas con trastornos circulatorios, como várices y flebitis, pueden correr el riesgo de sufrir complicaciones. Deben ver a un médico que observe su estado después de la picadura. Hasta el 50 por ciento de los pacientes desarrolla grandes reacciones locales en el punto donde picaron las hormigas. La inflamación puede durar varios días y puede ir acompañada de picazón, enrojecimiento y dolor.
Muchas veces desaparecen con la fumigación habitual, pero en algunos casos es necesario aplicar venenos específicos.
Fuente: emujeres.clarin.com
La hormiga negra argentina: una plaga de exportación

En una investigación argentina, iniciada en América del Norte, se detectó que las llamadas hormigas negras (una especie autóctona que ha sido “exportada” y que es considerada plaga en donde habite), modifican su forma de vida si la temperatura ambiente aumenta. Estos insectos, a una temperatura de cuatro grados más que el promedio, incrementan en un 33% su velocidad de desplazamiento. Ese mismo incremento se detectó en la capacidad de alimentación, porque comen un 27% más y en forma más rápida. También cambian sus preferencias alimenticias a forrajes con mayor contenido de humedad y más blandos.
Las hormigas negras integran el grupo de las llamadas cortadoras (podadoras, deshojadoras, agricultoras, comedoras de hongos o micetófagas) debido a que, con sus fuertes mandíbulas, cortan material vegetal y lo transportan al interior del hormiguero; no se alimentan de lo cosechado sino que les sirve de sustrato para el cultivo de un hongo específico del cual sí vive. La “honguera” (cámara) por lo general única y grande, tiene varias bocas. La profundidad en que se halla ésta depende del suelo y de la edad del nido, normalmente es entre 20 cm y un metro. Las cortadoras de hojas, identificadas científicamente con el nombre Acromyrmex y Atta, atacan a casi todas las plantas cultivadas.
Hay algunos métodos de control caseros, que son efectivos sólo si la invasión es pequeña:
- Arroz partido: a las hormigas les encanta. Dejarán de cortar las hojas y llevarán el arroz al nido, por lo que dejarán de alimentar al hongo del cual viven. Al tiempo, morirá la colonia.
- Hormigas rojas: estas son carnívoras y, si las ponemos en el camino de las negras, las atacarán. Un modo de atraerlas es colocar un insecto muerto cerca del camino de las hormigas negras.
Si notamos que las hormigas están invadiendo nuestro jardín, debemos actuar rápido, ya que de no hacerlo podemos perder varias plantas en pocos días.
Si el problema es muy grave, será necesario tomar medidas más estrictas. En ese caso, llámenos y lo solucionaremos con profesionalidad.
Fuente: argentinainvestiga.edu.ar
Para conocer un poco más a las hormigas…

Las hormigas nos resultan muy molestas: se comen las plantas de nuestro jardín… y ni qué hablar si nos llegan a picar.
Sin embargo, tenemos que reconocer que son fascinantes.
Son insectos sociales y en la colonia cada una tiene su función: la mayor parte de los individuos son hembras estériles, llamadas obreras; el resto comprende los machos y las hembras con alas. Los machos viven el tiempo necesario para reproducir la especie. Las hembras aladas, después de haber volado algunas horas, fundan un nuevo nido, en el que se constituyen como reina; allí depositan los huevos que pasarán por todas las etapas de la metamorfosis hasta llegar a la edad adulta.
Entre las obreras, están las nodrizas (que cuidan y alimentan las larvas), las exploradoras (que buscan la fuente de alimento), las recolectoras (que acarrean el alimento al hormiguero) y las soldado (de mayor tamaño, son las que cuidan a las recolectoras cuando hacen su trabajo).
Si querés conocer un poco acerca de la vida de las hormigas, acá tenés un documental muy interesante: Docufilia.com
El INTA usas hongos contra las hormigas cortadoras

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) desarrolló una cría artificial de hormigas para estudiar el efecto de los hongos entomopatógenos como medida de control de los insectos que devastan cultivos agrícolas y forestales, informó el organismo.
«El control microbiano de hormigas cortadoras con hongos es una estrategia sustentable que preserva la salud humana y la seguridad ambiental», afirmó Roberto Lecuona, director del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA Castelar.
La acción natural de la hormiga «resulta sumamente útil para desarrollar cebos con el hongo entomopatógenos de control de la plaga, evitando el daño ambiental que generan los insecticidas químicos», enfatizó.
Los hongos entomopatógenos son un grupo de microorganismos benéficos que tienen la particularidad de parasitar a diferentes tipos de artrópodos, como insectos y ácaros, y de encontrarse en los hábitats más variados.
Los microorganismos pueden ser producidos y formulados como micoinsecticidas para ser empleados como cebos o en aplicaciones líquidas, a fin de controlar insectos.
Si querés leer la nota completa, consultá la fuente: Diario El Comercial
El INTA desarrolló un hongo entomopatógeno para controlar hormigas

Los hongos entomopatógenos son un grupo de microorganismos benéficos que tienen la particularidad de parasitar a diferentes tipos de artrópodos –insectos y ácaros– y de encontrarse en los hábitats más variados. Estos, pueden ser producidos y formulados como micoinsecticidas para ser empleados como cebos o en aplicaciones líquidas.
«Aprovechamos el comportamiento de las hormigas que ingresan el material vegetal al hormiguero para cultivar, en su nido, un hongo del cual se alimentan, resulta sumamente útil desarrollar cebos con el hongo entomopatógenos para el control de la plaga. Así, se evita el daño ambiental que generan los insecticidas químicos”, detalló Roberto Lecuona, Director del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMyZA) del INTA Castelar.
Fuente: INTA
Las hormigas se ocupan de eliminar la fauna cadavérica

En general, las hormigas nos resultan bastante molestas (y hay que reconocer que lo son): nos pican, se comen nuestras plantas, invaden nuestra cocina.
Sin embargo, hay que reconocerles un gran mérito: se ocupan de hacer desaparecer los cadáveres de otros insectos. Muchas veces son tan rápidas que ni alcanzamos a verlas. Otras veces, retiran sólo las partes que les interesan y dejan los restos.
Acá las vemos dando cuenta de una mariposa.
El miedo a los insectos ocupa el cuarto lugar entre las fobias de los argentinos

Es sabido que casi todas las personas detestan las plagas domésticas, por inofensivas que éstas parezcan a simple vista. Sin embargo, en algunos casos el desagrado se puede convertir en una verdadera fobia.
Según un estudio reciente, la entomofobia (miedo a los insectos) ocupa el cuarto lugar en la lista de las fobias de los argentinos, después de la claustrofobia (miedo al encierro), la aerofobia (miedo a viajar en avión) y la emetofobia (miedo a vomitar).
Pero los miedos son regionales. Por ejemplo, en Inglaterra, aparece la ofidiofobia (miedo a las serpientes) en el segundo lugar, la aracnofobia (miedo a las arañas), en el cuarto y la musofobia (miedo a los ratones), en el sexto.
Ya sea que les tengamos una aversión natural -todos sabemos que de alguna u otra forma son dañinas- o una fobia inexplicable, lo mejor es tener las plagas bien lejos de casa, o al menos bajo un control razonable.
Fuente: Diario Clarín
Nuestras aliadas, las lagartijas

Aunque a muchas personas les resultan desagradables, las lagartijas son buenas aliadas en el control de plagas.
Al igual que los sapos y ranas, se alimentan de insectos, constituyendo un control biológico que protege el medio ambiente.
El clima de Buenos Aires es cada vez más cálido, lo que sumado a la importación de frutas y otros productos provenientes de países tropicales, hace que estos animalitos lleguen como polizontes junto con la carga.
En sus lugares de origen, las personas ya están habituadas a la convivencia y no les hacen ningún caso. En nuestra ciudad, en cambio, generan el rechazo de la mayoría. Esto es lamentable, ya que las lagartijas no sólo son inofensivas, sino que pueden contribuir a disminuir la población de moscas, mosquitos, hormigas y otras plagas domésticas.
La resistente hormiga argentina

La hormiga argentina (Linepithema humile) se ha constituido en una especie dañina, tanto en el ambiente agrícola como urbano, siendo un problema en varios países.
Ahora están intentando lograr un cebo tóxico, apuntando al control biológico, para evitar daños al medio ambiente.
Fuente: Surlink
La morfología de las hormigas da cuenta de su función

Muchas veces hormigas de la misma especie no se parecen entre sí. Esto es porque el cuerpo está adaptado a la función y rol que cumplen en su sociedad.
Los biólogos evolutivos en la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia recientemente concluyeron que los genes nuevos o muy modificados juegan un papel importante en el desarrollo de las diferentes castas dentro de las colonias de hormigas.
Fuente: Entomology Today