Usan moscas para buscar la eterna juventud

Alargar la vida y detener el envejecimiento ha sido siempre una preocupación para los científicos. Antes de aplicar cualquier técnica en seres humanos, es necesario hacer pruebas en animales.
Nuestros cuerpos – el de los humanos, y el de moscas y ratones – está formado por miles de millones de células. Eligiendo cuáles sobreviven y cuáles son prescindibles, retrasamos el envejecimiento. Simple y elegante de decir. Pero ¿cómo se hace? Pues aprovechando la propia maquinaria de nuestro cuerpo. A fin de cuentas, cada día nuestro organismo se enfrenta a cientos de daños, y necesita de recursos para auto-repararse.
Entre las muchas formas en que los animales llevamos a cabo estos procesos, los investigadores eligieron uno en concreto. Hay un gen, al que han llamado azot que se encarga de marcar las células dañadas para que el cuerpo se ocupe de ellas. De manera natural cada célula tiene dos copias de dicho gen, uno en cada cromosoma. Que se activan cuando han sufrido daños. Y si dos cumplen la función, tres lo harán mejor, ¿no?
En realidad, no tendría por qué ser así. Como siempre ocurre en Biología, el equilibrio es muy importante. Pero en este caso concreto sí ocurre. Tres copias del gen azot dan mejores resultados que dos. Con la copia extra se consigue que el cuerpo “se limpie” de células dañadas de manera más eficiente. Y así se evitan problemas relacionados con el envejecimiento, malgastar energía en mantener células dañadas, y se trata de un mecanismo prometedor contra el cáncer – que, en el fondo, no deja de ser un crecimiento anormal de estos componentes dañados.
El resultado final es que las moscas -a las que llamaron «Matusalén- vivieron entre un 50-60% más que las que no habían sido tratadas. En estos insectos la “ampliación” se traduce en unos días, pero en otros organismos puede suponer un gran avance.
Habrá que seguir investigando para comprobar si efectivamente el procedimiento puede aplicarse a los seres humanos.
Fuente: Yahoo.com.ar
Etiquetas: moscas