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Mientras que para las instituciones, comercios y edificios de propiedad horizontal la Ordenanza Municipal exige que cada seis meses se proceda a la limpieza y desinfección del tanque de agua potable, no ocurre lo mismo con las viviendas particulares.

En este último caso, el tema queda librado a la decisión de quien habita la vivienda. Sin embargo, todos los tanques -incluso los de las viviendas particulares- deberían ser limpiados al menos una vez al año. Es que el agua potable arrastra sedimentos que se van depositando en el fondo del tanque, lo que a la larga termina cambiando el sabor del agua.

También suele suceder que la tapa del tanque pierda su hermeticidad con el transcurso del tiempo, por lo que en el tanque suele entrar basura y polvo que arrastra el viento.  En algunos casos, la tapa se vuela y hemos llegado a encontrar esqueletos de aves que cayeron dentro del tanque. En cualquiera de estos casos el agua deja de ser segura y puede acarrear serios problemas de salud para quienes la beban.